Aún estamos aprendiendo sobre los tipos de relaciones no monógamas y qué significa cada una.
En un inicio resulta un poco complicado entender la dinámica de tener varios vínculos amorosos o sexuales (incluso para la gente que los practica).
Pero al final, te das cuenta que estas relaciones se basan en principios que casi no vemos en las parejas monógamas.
Esto sucede probablemente porque a las parejas monógamas se les ha dado un guión de cómo deben ser las relaciones. Ser amigos, ser novios, casarse y tener hijos. Cualquier cosa fuera de ese orden es un error.
El problema con esta fórmula es que en la monogamia la pregunta suele ser “¿qué van a decir los demás de mi relación?”, en vez de preguntar “¿qué tipo de relación quiero yo?”
Esta última pregunta es algo que en las relaciones no monógamas se preguntan todo el tiempo.
Como consecuencia, dentro de las versiones sanas de la no monogamia, se ejercitan músculos indispensables para una buena relación que en la mayoría de parejas monógamas se dan por sentado.
¿Cuáles son estos músculos? Te lo contamos. Esto es lo que puedes aprender de las relaciones no monógamas si estás en una relación monógama.
Mejor comunicación
En un estudio del 2017 se comprobó que las relaciones no monógamas son el tipo de relaciones donde más comunicación existe.
¿Por qué? Porque para asegurar la duración de múltiples relaciones, se necesita mucha organización y acuerdos. En una relación no monogámica la idea de que cada uno puede querer diferentes cosas está más presente.
Por el contrario, en las parejas monógamas no suele haber una conversación previa de lo que eso significa, explica el terapeuta de parejas Joe Kort. Muchas personas suponen cómo debe comportarse su pareja. “No puede tener amigos”, “no puede ver porno”, “me debería contar si una persona le coquetea”.
Pero esas expectativas nunca son comunicadas a la pareja. En cambio, las relaciones no monogámicas sólo funcionan (y solo se suelen aceptar) cuando las otras personas han sido totalmente transparentes. Con sus deseos y con lo que buscan de la relación.
Por eso Joe Kort recomienda que definas qué es la monogamia para ti y tu pareja. La mayoría de peleas se dan por “romper acuerdos de los que ni siquiera conversaron”.
Manejar Celos
Nadie se libra de sentir celos. Ni siquiera las personas en relaciones poliamorosas o no monogámicas. Sin embargo, la forma de lidiar con los celos sí suele ser diferente.
Eso sí, en un estudio de la psicóloga Jes Matsick de la Universidad de Pensilvania, descubrió que las personas en relaciones no monógamas, sienten menos celos que las parejas monógamas.
La explicación es que en relaciones poliamorosas y otras diversidades relacionales, las personas suelen involucrarse en prácticas no monogámicas como tríos, relaciones abiertas, swingers, entre otros.
Todas son prácticas que requieren mucha madurez emocional y confianza.
Además, de acuerdo a la terapeuta de parejas Joanne Davila, las personas en relaciones no monogámicas suelen expresar más sus celos. Las parejas monogámicas tienden a guardar sus sentimientos sin procesar.
Por ejemplo, explica Dávila, en las relaciones poliamorosas hay celos. Pero cuando salen a la luz, las personas se encargan activamente de trabajar en esos sentimientos.
Mantener un sentido de independencia
Para el psicólogo y educador Heath Schechinger, las parejas monogámicas suelen poner todo el peso de las expectativas en sus parejas. Es decir, quieren que su pareja sea su amigo, su amante, compañero de equipo, confidente, consejero y más.
Cuando hay más personas en la relación, como el caso de las relaciones no monogámicas, ese peso se reparte y se reduce entre todos los involucrados.
Incluso si estás en una relación monógama puedes aplicar este principio. Buscar apoyo en tus amigos, compañeros de trabajo o familiares. No todo tiene que girar alrededor de tu pareja, ni tu pareja tiene que satisfacerse perfectamente en todos los aspectos de tu vida.
Practicar sexo seguro
Todos hemos escuchado el viejo mito de que las personas que no son monógamas son súper promiscuas e irresponsables.
En primer lugar: no. Estar en una relación no monógama no quiere decir que necesariamente hay sexo de por medio. A veces no hay sexo. A veces hay sexo solo con una persona. O hay sexo con todos. Cada persona tiene sus reglas.
Por eso mismo, son mucho más cuidadosos con su salud sexual, explica la psicóloga Amy Moors en un estudio del 2012. De acuerdo a sus investigaciones, las personas en relaciones monógamas se comprometen más a usar condón explícitamente, suelen hacerse más exámenes de ITS y comparten su historial sexual con sus parejas.
En cambio, las parejas monógamas viven bajo la ilusión de que solo tener una pareja es más seguro. Por ello, no consideran necesario hacerse chequeos. Lo cual no es totalmente verdad: hay muchas ITS que se contraen incluso si no has tenido relaciones sexuales.
Además Moore explica que las parejas monógamas tendían más a dejar de usar condón porque “eran exclusivos”.
