Una fantasía sexual es una serie de imágenes mentales que recrean o representan un acto o situación para crear o estimular sentimientos sexuales, explica el Instituto Madrid de Sexología.

En otras palabras: usar tu imaginación para ponerte horny.

Normalmente las fantasías sexuales suelen estar relacionadas con lo “prohibido” o con cosas que se consideran “escandalosas”. En una encuesta realizada por el educador sexual Justin Lehmiller, se concluyó que existen siete categorías de fantasías sexuales comunes

Son:

Sexo con múltiples parejas u orgías

Sadismo, dominio, y sexo agresivo

Experiencias que requieran aventurarse a probar cosas desconocidas

Poligamia, swinger y todo lo que no sea monógamo

Actos sexuales prohibidos: lamer axilas, sexo con menores de edad, sexo en el carro, entre otras

Sexo romántico

Fluidez erótica, o jugar con tu sexualidad y género

Por cierto: que una fantasía sexual te excite mentalmente, no quiere decir que realmente la quieras llevar a cabo

Como explica la doctora Lindsey Doe de Sexplanations, las fantasías sexuales son como un diagrama de Ben

En un lado tienes todos los actos sexuales que estás dispuesta a hacer. En el otro cosas, los que son solo fantasías. En el medio las fantasías que sí harías

¿Cómo le cuento a mi pareja mis fantasías sexuales?

Es importante diferenciar estas tres categorías. Así no no sentirás culpa, ni te avergonzarás de pensamientos que de hecho pueden aumentar tu deseo sexual y brindarte mejores experiencias. 

Como explica la doctora Doe, esos “pensamientos sucios” o tabúes están a salvo en tu mente. Incluso son mucho más normales de lo que crees. Por ejemplo, en un estudio del 2009, los investigadores Jenny Bivona y Joseph Critelli, encontraron que el 64% de las 355 mujeres de su estudio habían fantaseado alguna vez con la violación

De nuevo: que funcione en tu mente no quiere decir que quieras hacerlo en la vida real. Así que libérate de culpas

De lo único que debes preocuparte, como explica Doe, es si notas que no puedes volver de tu fantasía, se vuelve adictiva o interfiere con otras áreas de tu vida.

¿Cómo le cuento a mi pareja mis fantasías sexuales?

Hablar de sexo con tu pareja es un acto sumamente vulnerable. Por eso es tan difícil hacerlo. 

Las fantasías sexuales pueden ser tan diversas y peculiares que es normal si sientes vergüenza o tienes miedo de cómo va a reaccionar tu pareja. 

Por eso, aquí te dejamos unos cuantos consejos para hacerlo de la manera más saludable. 

Haz una lista de lo que quieres, lo que no, y lo que podría considerar

Como ya lo mencionamos, es importante diferenciar los actos que quieres que se queden en tu cabeza y los que sí quisieras que se hagan realidad.

Para esto, la Doctora Doe recomienda hacer una lista con tres columnas. En la primera anota todas las fantasías que tengas en tu cabeza, no te limites. 

En la segunda columna anota cuáles de esas fantasías sí estarías dispuesta a llevar a cabo y en la tercera, anota qué fantasías te animarías a hacer bajo ciertas condiciones.  

Por ejemplo, tal vez no quieres dar sexo oral, pero tal vez sí lo harías si la otra persona usa un condón o una barrera oral.

Pídele a tu pareja que haga lo mismo y comparen listas. Quién sabe: tal vez tienen mucho más en común de lo que pensaban. 

Foto de Anna Shvets/Pexels

Recuérdale a tu pareja que hay cero presión en hacerlo

Compartir tus fantasías es una decisión valiente y te animamos a hacerlo. 

Sin embargo, es importante que al compartir esta información te tomes un momento para analizar la reacción de tu pareja

Tal vez está igual de animada que tú, pero puede pensar que quieres que te lama los pies esa misma noche

Es mejor ir despacio. Recordarle que algo que pueden intentar poco a poco. O que puede esperar. Hacerlo va a reducir el estrés o ansiedad de ambas partes sobre probar nuevos actos.

Pueden ir paso a paso

Si aún estás nerviosa de pedirle a tu pareja una fantasía directamente, la sexóloga Vanessa Marin recomienda probar otras actividades más amigables

Por ejemplo, si quieren intentar dinámicas de dominación, pueden comenzar cambiando cosas pequeñas. Como acordar no pedir consentimiento para iniciar cierta práctica que sea más agresiva. 

Eso sí, establezcan una palabra segura que la otra persona pueda usar para detener el momento. 

Puedes también preguntar frases que le gustaría escuchar de ti y que vayan de acuerdo a su fantasía. 

Volviendo al ejemplo de la dominación, tal vez es más sexy para tu pareja escuchar un “quítate la ropa” que un “¿te puedo pedir que te saques la camiseta?”.

Pequeños cambios que dan un giro a toda vida sexual

Si una fantasía sexual te avergüenza demasiado, tal vez la deba escuchar un profesional.

A pesar de que las fantasías son totalmente normales en todas las personas de todas las culturas en el mundo, también es correcto sentir que una fantasía es demasiado inapropiada o problemática.

De acuerdo al investigador Justin Lehmiller del Instituto Kinsey, una fantasía necesita el apoyo de un psicólogo o sexólogo si es que quiere salirse del terreno de la fantasía a la realidad y en la realidad puede lastimar a alguien.

Un terapeuta puede ayudarte a entender tu fantasía y brindarte herramientas para que no afecte otras áreas de tu vida.

No tengas miedo de conversar, tus experiencias merecen ser escuchadas y recuerda que todo lo que hables con tu terapeuta de confianza es confidencial y puede quedar entre ustedes dos.

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