Contratar una trabajadora sexual ha sido el centro de miles de debates no solo entre tus amigos, sino entre los más grandes filósofos del mundo. Es una pregunta que tiene varias respuestas porque no existen dos trabajadoras sexuales iguales. Ninguna tiene la misma experiencia, ni los mismos deseos. 

Por eso es tan conflictivo decir “todas quieren que se vuelva legal”, “todas quieren salir de ahí” o “todas quieren que la prostitución pare.”

De acuerdo a La Red Global de Proyectos de Trabajo Sexual, al menos 76 países tiene alguna ley en contra de la prostitución. No necesariamente es ilegal en su totalidad, pero hay reglas. 

Sin embargo, hay países como Alemania, Países Bajos y Nueva Zelanda donde pagar por sexo en totalmente legal y también está regulado.

En este artículo queremos mostrarte porqué pagar por sexo podría ser poco ético y si realmente funciona volver ilegal el “contratar una prostituta”. También queremos exponer los argumentos de algunas trabajadoras sexuales y lo que ellas piensan de la dirección que debería tomar su profesión.

Nota: realmente deberías decir trabajadora sexual y no prostituta. Nosotros vamos a usar esta palabra por una cuestión de búsquedas en Google.

¿Por qué sería malo contratar una trabajadora sexual?

¿Es ético contratar una trabajadora sexual?

Aunque muchas de las trabajadoras sexuales se encuentran en este negocio por “decisión propia” (ya hablaremos más de eso), una gran parte son víctimas de tráfico de personas

Actualmente se estima que al menos 25 millones de personas son víctimas de tráfico, el 71% de las víctimas son mujeres, muchas de ellas son menores de edad, y la mayoría terminan siendo explotadas sexualmente, explica el reporte de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) del 2020. 

El reporte también indica que el tráfico sexual de personas es un negocio que hace mucho dinero. Al año, este negocio genera 99 mil millones de dólares. Si se necesitan muchas víctimas, es porque debe haber una gran demanda.

Entonces, es posible que aunque tú no lo sepas, la trabajadora sexual que has contratado realmente está siendo forzada a trabajar (incluso puede ser menor de edad).

Por eso, muchos países como Suecia tienen leyes donde pagar por sexo es totalmente ilegal, pero no es ilegal ofrecer los servicios. A esto se lo conoce como “el modelo sueco” o el “modelo nórdico”, donde el objetivo no es castigar a las mujeres que ofrecen los servicios, si no castigar reducir el número de clientes que crean la demanda. 

Los objetivos de acuerdo a la Agencia por la Equidad de Género de Suecia, es combatir el tráfico de personas y fomentar la reinserción de las trabajadores sexuales a otras actividades laborales. 

El segundo problema que suele ser mencionado al contratar una trabajadora sexual es que realmente ninguna realmente quiere hacerlo, solo lo hacen por necesidad. En una entrevista para BuzzFeed con tres trabajadores sexuales australianas, las tres afirmaron realizar su trabajo libremente y sin el mando de nadie. Sin embargo, cuando contaron la razón por la que escogieron esta profesión, todas respondieron que comenzaron porque necesitaban dinero.

Realmente es muy difícil que el sueño de una mujer sea ser trabajadora sexual. Puede que no le moleste, o que pase bien, pero eso no quita el factor de que suelen hacerlo por el dinero, no porque sea “su trabajo de ensueño”.

Ese es el mismo caso de un grupo de trabajadoras sexuales rumanas en Londres. Aunque todas dijeron estar ahí “por voluntad propia”, en la entrevista con la BBC, también dijeron que tenían que mandar dinero a casa. 

Cuando le preguntaron sobre que las trabajadoras sexuales de ese Burdel preferían la legalización y ninguna se declaró “atrapada” en el mundo de la prostitución, Neil Radford, sargento a cargo del grupo que trabaja para erradicar la prostitución el Londres dijo:

“Pero también lo que viste ahí fueron tres mujeres jóvenes, entre sus 18 hasta sus 20s, que han sido alejadas de sus familias, fueron traídas a un país donde no conocen el idioma, ni la cultura. Ellas también están atrapadas.”

La ex-trabajadora sexual danesa, Tanja Rahm, parece estar de acuerdo. En el libro Narrativas de la Prostitución: Historias de supervivencia del tráfico sexual, Rahm escribe una carta abiera a sus ex-clientes diciendo: 

“Las prostitutas solo existen porque hombres como tú sienten que tienen el derecho de satisfacer sus necesidades sexuales usando los orificios del cuerpo de otras personas. Las prostitutas existen porque tú y la gente como tú sienten que su sexualidad requiere acceso al sexo siempre que les apetece. «

¿Por qué muchas trabajadoras prefieren descriminalizar el trabajo sexual?

Ahora bien, es inevitable darnos cuenta que pagar por sexo es el ingreso económico de muchas mujeres alrededor del mundo. Además frenar totalmente la prostitución o el trabajo sexual en general es casi imposible. 

Además, como expusimos anteriormente, no todas las trabajadoras sexuales quieren detener su trabajo actual. En la entrevista con BuzzFeed, dos de las tres trabajadoras entrevistadas dijeron que les gustaría seguir haciéndolo por años. 

Una incluso dijo que le gustaría hacer “porno de abuelita” (nótese que la industria del porno y la prostitución no necesariamente son iguales). La última dijo que no sabe hasta cuándo hacerlo, pero que lo ve como algo a largo plazo.

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En lo que coinciden las trabajadoras sexuales que quieren continuar con su trabajo, o que por lo menos no les molesta hacerlo, es que quisieran hacerlo más seguro. Para eso proponen descriminalizar la prostitución. 

Descriminalizar no es lo mismo que hacerlo legal, explica la profesora Donna Hughes. Legalizar se refiere a poner leyes que regulen la prostitución. O sea podrían controlar dónde y cuándo se puede hacer. Descriminalizar es no poner ninguna ley que castigue la prostitución, a menos que se violen otras leyes ya establecidas. Por ejemplo: pagar por sexo con menores de edad, o robos durante el encuentro.

De acuerdo a la organización Human Rights Watch, descriminalizar la prostitución aseguraría los derechos de las trabajadoras sexuales y les permitiría denunciar abusos u otros crimenes por parte de clientes o la misma policía. 

Recordemos que actualmente muchas personas que trabajan en la prostitución no pueden hacerlo por el miedo a ser arrestadas por su trabajo. 

Además, particularmente Human Rights Watch se opone al modelo nórdico porque asegura que la descriminalización hace más para proteger a las trabajadoras sexuales y asegura el derecho a ejercer decisión sobre su cuerpo. También hacen una clara diferencia entre el tráfico de personas y una transacción consensual entre dos adultos.

De acuerdo a la organización, si la prostitución se vuelve ilegal para los clientes, contratar una trabajadora sexual se vuelve más peligroso. Esto se refiere a menos lugares para atender, dificulta los sindicatos, los grupos de apoyo e incluso abrir una cuenta de banco para su negocio. 

Entonces, ¿es ético contratar una prostituta?

Depende del contexto, la persona, sus deseos, pero si vas a contratar una trabajadora sexual estos son unos tips de etiqueta ética para clientes de la industria sexual: 

  1. Si vas a un local, sé amable con todos. Desde la recepcionista hasta la trabajadora sexual con la que harás la transacción.
  2. Si aún no hay un acuerdo, no intentes tener contacto físico con la trabajadora sexual. 
  3. Mantén una buena higiene: báñate, lávate los dientes, no uses mucho perfume, usa ropa limpia. 
  4. Pide consentimiento. Que hayas pagado no significa que puedes hacer lo que quieras. Pregunta antes de intentar cualquier contacto o si quieres que la trabajadora haga algo específico por ti. ¡PREGUNTA, NO ASUMAS!
  5. Nada de quitarse el condón sin permiso.
  6. Privacidad. No busques a la trabajadora sexual fuera del trabajo, ni le saques fotos o videos sin su consentimiento.
  7. Hazte una prueba de infecciones de transmisión sexual.

Fuente: Colectivo Red Delicious de Australia

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