No tener sexo hasta el matrimonio es seguramente la conclusión que todos sacamos de cualquier clase de educación sexual en América Latina. 

Abstenerse de tener relaciones sexuales hasta tener un compromiso es una opción totalmente válida y respetable. Sin embargo, parece que enseñar abstinencia sexual se ha confundido con mantener la ignorancia sexual

Es decir, la abstinencia no es tratada como un posible camino a seguir dentro del amplio mundo del sexo. Si no, como un método para prevenir que niños y adolescentes aprendan sobre sexualidad. Todo esto con el fin de protegerlos de posibles embarazos o infecciones.

Pero como explica la sexóloga y psicóloga Lindsey Doe, “es como decirle a alguien que no se acerque a la piscina y llamarlo una clase de natación.”

Dos estudios publicados por la Asociación para la Salud y Medicina de los Adolescentes, de Estados Unidos, explican que solo enseñar abstinencia como educación sexual no retrasa el inicio de la vida sexual en personas jóvenes

El estudio también comprueba que estas enseñanzas no previenen embarazos o infecciones de transmisión sexual

Aquí te contamos qué otros riesgos tiene enseñar la abstinencia como única opción y cuál es la alternativa propuesta por los expertos. 

La mentira de enseñar abstinencia

no tener sexo hasta el matrimonio

Para la sexóloga Lindsey Doe, el problema de los programas que se dedican a enseñar abstinencia como la única forma de vivir la sexualidad, es que enseñan a rechazar el contacto sexual. Pero no enseñan a entender o saber qué hacer para proteger tu cuerpo. 

Tampoco enseñan a respetar las decisiones de otras personas (incluso si esa opción es la abstinencia). No incluyen información para la gran mayoría que tiene sexo antes del matrimonio. Tampoco enseñan que la abstinencia también es una opción incluso dentro del matrimonio. 

“Es como decir “cásate” o crece hasta una edad que creamos adecuada para que puedas tener sexo. Pero eso no te enseña qué es el sexo, cómo protegerte si te vuelves sexualmente activo, o qué hacer si cambias de opinión”, explica Doe. 

Recordemos que estos programas tampoco toman en cuenta otras realidades. ¿Qué pasa con la gente que no puede casarse? ¿Qué pasa con la gente que no quiere casarse? ¿Qué pasa con la gente asexual? ¿Qué pasa con las personas LGTBQ+?

Otro problema de estos programas para la doctora Laura McGuire, consultora del Centro Nacional para la Equidad y Agencia de Estados Unidos, es que muchos programas definen el “no tengan sexo” como no junten un pene con una vagina

Como resultado, muchos jóvenes terminan teniendo sexo oral, sexo anal, o Dry Humping. Estas prácticas igual tienen riesgo sexual, pero como “no es sexo”, entonces “no hay riesgo.”

Esto sin contar que los programas que enseñan a no tener sexo hasta el matrimonio, no siempre enseñan información médica o científicamente comprobada.  Es más, su eficacia en sí no está científicamente comprobada. 

Por ejemplo, en la página del programa de abstinencia 180 Degrees de Texas, adjunta un estudio que dice que la abstinencia es efectiva como educación sexual. 

Sin embargo, cuando das click al enlace, no te lleva al estudio directamente, sino a un artículo sobre el estudio donde los mismo investigadores dicen que solo es una prueba que no debería tomarse como una verdad absoluta

Además, los investigadores apoyan enseñar educación sexual integral y que se tome en cuenta a la abstinencia como una posible opción. 

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¿Por qué deberíamos enseñar educación sexual integral?

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), define a la educación sexual integral como el proceso de enseñar y aprender la parte cognitiva, emocional, física y social de la sexualidad. 

Los objetivos como este tipo de programas es que los niños y adolescentes puedan:

  1. Aprender herramientas, valores y actitudes que los lleven a relaciones sexuales y sociales más dignas
  2. Ser respetuosos de otras elecciones y que aprendan que sus acciones tienen un impacto en sus propias vidas y las de los demás. 

Además en un estudio publicado por el Colegio de Ginecología y Obstetras Americanos (ACOG), se explica que este tipo de educación sexual, comparado a enseñar abstinencia, tiene más efectividad en reducir la actividad sexual o actividad sexual riesgosa en personas jóvenes. 

Por ejemplo, el reporte Abstinence-Only-Until-Marriage: An Updated Review of U.S. Policies and Programs and Their Impact, demostró que los estudiantes de países que recibían asistencia sexual sobre anticonceptivos se protegían más, que por ejemplo los estudiantes de Estados Unidos que estudiaban programas solo de abstinencia. 

La UNESCO también ha declarado que la educación sexual integral ha sido clave en la lucha contra el VIH. En un estudio hecho por la organización en 2016 en diferentes países, comprobó que los jóvenes que reciben educación sexual integral: 

  • Retrasaron el inicio de su vida sexual
  • Disminuían la frecuencia de las relaciones sexuales
  • Disminuían su número de parejas sexuales
  • Tomaban menos riesgos (como no usar preservativos)
  • Más estudiantes comenzaron a  usar condón
  • Más estudiantes comenzaron a usar métodos anticonceptivos

Incluso la ACOG recomienda que toda la información sea científicamente comprobada y que no solo se enfoque en cómo prevenir embarazos o ITS. También debe enfocarse en identidad de género, orientación sexual, relaciones sentimentales, consentimiento y prevención de violencia sexual. 

Leslie Kantor, profesora asistente de Población y Salud Familiar en la Escuela de Salud Pública Mailman, explica que el acceso a la información y herramientas es un derecho de los adolescentes para mantenerse sanos y seguros

“Los programas de abstinencia hasta el matrimonio dejan a todos los jóvenes sin preparación y son particularmente dañinos para los jóvenes que son sexualmente activos, que son LGBTQ o que han sufrido abuso sexual”, dice Kantor.

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