Parece que la publicidad y la creatividad de la casa de moda de lujo española acaban de cruzar una línea, con su más reciente campaña que sexualiza niños.

Balenciaga publicó una campaña llamada Balenciaga Gift Shop, que mostraba imágenes de niños y niñas con los bolsos que asemejan osos de peluche, pero están vestidos con prendas de bondage, como arneses de cuero y otros artículos asociados con el erotismo.

Estas fotos promocionaban su campaña navideña.

Campaña que sexualiza niños.

Fotografías de la campaña que sexualiza niños de Balenciaga, tomada del perfil de Twitter de Emmanuel Rincón.

El internet saltó escandalizado por la campaña que sexualiza niños, y con justa razón. Algunos incluso acusaron a la marca de promover la pornografía infantil (por la relación entre esta campaña y una anterior que en su utilería contenía copias del fallo de la Corte Suprema en un caso sobre pornografía infantil). La casa de moda se disculpó por el evidente desacierto y eliminó las fotografías.

La campaña se lanzó el 16 de noviembre y el comunicado en instagram admitiendo el error llegó el 24 del mismo mes, casi dos semanas más tarde frente a la indignación de los usuarios. Pero todo lo sucedido abrió una nueva interrogante. ¿Cuándo se cruza la línea entre lo «creativo» y lo éticamente incorrecto?

Las reacciones

Ante el escándalo, celebridades como Kim Kardashian, que han trabajado de cerca con la marca, se pronunciaron respecto a la campaña.

Kim dijo en su hilo de Twitter que evaluará su participación a futuro con Balenciaga. El pronunciamiento de la embajadora de la marca llegó también tarde, el 27 de noviembre, cuando ya los usuarios le reclamaban que dijera algo sobre el tema.

Bella Hadid, modelo de Balenciaga, había compartido fotos usando artículos nuevos de la marca, promocionando su trabajo con la casa de moda, pero cuando el escándalo estalló en la cara de Balenciaga prefirió desligarse del contenido borrando sus fotos. Así también expresó su disgusto con la campaña que utilizó niños. Sin embargo, los usuarios en redes sociales le reclaman por no haber hecho un pronunciamiento público.

Además el hashtag #cancelbalenciaga se volvió tendencia en Twitter. Así, los usuarios expresaban su rechazo y visibilizaban la campaña que Balenciaga hubiera querido que se borrara de la memoria de todos.

La publicidad y los niños

Alfonso Méndiz Noguero, catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad, explica en su investigación La representación del menor en la publicidad infantil. De la inocencia a la sexualización, que la manipulación de la imagen de los menores en la publicidad, al asignarles representaciones que no son propias de su etapa «acorta su etapa infantil, tan necesaria para su maduración como persona».

También puede crear ideales en los niños, al verse representados de esa manera. Porque normalmente en la publicidad el protagonista es también a quién está dirigido el producto.

Es decir, en una publicidad de juguetes, lo normal era ver niños jugando con ellos. O si la publicidad era de una comida para perros, se esperaría encontrar a perros en dicha campaña. Pero el fenómeno de usar niños está borrando esa lógica, es decir ves niños publicitando productos que no están dirigidos para ellos.

El estudio de Méndiz explica que la hipersexualización de niños en la publicidad puede causar que las niñas se enfoquen, aún más, en la apariencia corporal, y con eso, la aparición de diversos problemas de salud mental y trastornos alimenticios, como la anorexia (por cómo están representadas en las publicidades). También, podría generar una impresión negativa de su virginidad y del respeto hacia sí mismas. Además, verse representados en publicidades de forma hipersexualizados, dice el catedrático, incrementa el ideal de competencia entre niñas/mujeres, y en general los hace más vulnerables al alejarlos de la inocencia característica de esa etapa, la infancia.

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