A propósito del escándalo por el caso de infidelidad (o no) de Adam Levine (el vocalista de Maroon 5), nos pusimos a reflexionar: ¿la infidelidad está en la acción o en la intención?
Si vives debajo de una piedra, te contamos brevemente qué pasó con Adam Levine para que saques tus propias conclusiones.
La modelo Sumner Stroh publicó supuestas conversaciones que tuvo con Levine en las que se mandaban «mensajes coquetos».
Levine, que está casado con la también modelo Behati Prinsloo, dijo que “sí cruzó una línea” al enviar esos mensajes, pero afirmó que no fue infiel. Para él, el hecho de que la relación nunca trascendiera fuera del espacio virtual (cosa que Stroh contradice) significaba que no cometió engañó a su pareja.
Esa explicación abrió (en realidad, reabrió) una vieja discusión: qué es ser infiel.
Por supuesto, lo que le pasó a Adam Levine le pasa a mucha gente —solo que si eres famoso, se entera medio mundo.
Por ejemplo: en 2019, el cantante y actor Justin Timberlake fue fotografiado agarrando de la mano a la coestrella de la película Palmer, Alisha Wainwright. El ex integrante de N’Sync Timberlake está casado. Él se disculpó por lo sucedido, pero como Levine, aseguró, que “no pasó nada entre él y su coestrella”. Lo que sucedió, adujo, fue producto de unos tragos que había tomado con el elenco de la película.
Primero, ¿qué es la infidelidad?
La reconocida psicoterapeuta de parejas Esther Perel explica que «el adulterio ha existido desde que el matrimonio fue inventado». A partir de esta afirmación, reflexiona sobre la monogamia y cómo su concepto ha cambiado con el tiempo. «La monogamia solía ser una persona para el resto de la vida. Ahora es una persona a la vez«, dice Perel en su Ted Talk Repensando la infidelidad.
Según Perel, la definición de infidelidad está expandiéndose constantemente. Lo dice porque nuestros hábitos y comportamientos también evolucionan. «Sexting, ver porno, mantenerse secretamente activo en aplicaciones de citas» enfatiza Perel, puede considerarse infidelidad, pero como no hay una definición universal es ambiguo.
Por ejemplo: de acuerdo con un estudio de la Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México, existen dos tipos de infidelidad.
La infidelidad sexual: se refiere precisamente a actividad sexual con alguien más que no sea la pareja estable.
La infidelidad emocional: se da cuando uno de los miembros de la pareja está enamorado de otra persona, distinta de su pareja.
Eso parece una distinción clara, pero con la llegada de las redes sociales, se abrió todo un nuevo mundo de posibilidades. Reaccionar a estados, dar like a fotos, enviar mensajes directos también pueden interpretarse como una violación al contrato implícito que implica lealtad, exclusividad y respeto, según el sitio especializado Psicología y mente.
Incluso hay quienes ven en la infidelidad digital o cibernética todo un nuevo campo de análisis. El estudio Conductas relacionadas a la infidelidad en las Redes Sociales: validación y estudio psicométrico enumera las conductas que podrían ser indicadores de una posible infidelidad cibernética. Son:
- Incomodidad si la pareja lee sus conversaciones en línea,
- Seguridad de que la pareja se molestaría si examina sus mensajes en línea,
- Ocultar conversaciones o contenidos
- Mayor intimidad emocional con otras personas en redes sociales que con su pareja
- Se molesta si la pareja le cuestiona con quién comparte en las redes sociales
- Prefiere que su pareja no tenga acceso a sus redes sociales ni al celular.
Dato curioso sobre este análisis: de los 350 puertorriqueños participaron en este estudio, el 27% de los presentó niveles altos de conductas relacionadas a la infidelidad cibernética.
Entonces, la ambigüedad a la que Perel hace referencia es más clara que nunca en estos días. Por eso, ella ha construido su propia definición que recoge los elementos que considera clave en una infidelidad: “Una relación secreta, que es la estructura central de un amorío (affair); una conexión amorosa de cualquier grado; y la alquimia sexual», sintetiza Perel.
La academia también ha intentado definirla. En un estudio titulado La relación, si es que hay, entre el matrimonio y la infidelidad se explica que el signo primordial de la infidelidad es la secretividad y el encubrimiento de la conducta engañosa.
«Es importante aclarar que el espectro de la infidelidad, incluyendo la cibernética, conglomera tres distintas dimensiones de conductas catalogadas como infidelidad: explícitas, ambiguas y engañosas”, dice el estudio Conductas relacionadas a la infidelidad en las Redes Sociales: validación y estudio psicométrico. Es decir, primero las más evidentes. Luego, las que pueden dar indicios de que algo atípico está sucediendo o va a suceder. Por último, la mentira u ocultamiento.
Ya, pero, ¿es o no infidelidad?
Entonces, teniendo en cuenta lo que dicen los expertos, cómo se configura una infidelidad dependerá de varios factores. Entre ellos y especialmente, los acuerdos previos, que se deberían haber hecho al comenzar la relación.
Ese es el momento de definirlo todo: incluido si será una relación exclusivamente monogámica o abierta, y las condiciones en que estas condiciones funcionan.
Por ejemplo: aunque mucha gente tiene relaciones abiertas, se imponen con sus parejas límites sentimentales, de círculos de amistad e incluso geográficos (por ejemplo: solo se puede faltar a la monogamia fuera del país en que viven).
Si hay una violación a alguno de estos acuerdos, pues sentimos mucho si llegaste aquí buscando una justificación a lo que hiciste anoche: es una infelidad.
En definitiva: esto revela lo importante que es tener consensos claros cuando empezamos una nueva relación. Decir y acordar qué está bien, qué es aceptable y por supuesto qué no.
Y por último, consejo antes de cerrar: antes de escribir mensajes sugestivos a alguien que no es tu pareja, piensa ¿lo dirías si tuvieras a esa persona de frente y no a través de una pantalla?