Las relaciones son difíciles. Ya sea con tu pareja, con tus padres, tus amigos o con otros vínculos, mantenerlas sanas requiere de mucho trabajo y, sobre todo, de responsabilidad afectiva.
El término responsabilidad afectiva es relativamente nuevo, explica la psicóloga clínica Karla Bayas. A pesar de que lo encuentras en todos los posts de Instagram y en miles de TikToks de salud mental, históricamente, no le hemos puesto mucha atención, pero eso tiene que cambiar.
¿Qué es la responsabilidad afectiva?
La responsabilidad afectiva “se basa en todas estas acciones que están caracterizadas por empatía, cuidado y sobre todo asumir la consecuencia de nuestros actos, o sea de nuestras acciones, frente a las demás personas” dice Bayas. No importa si el vínculo es reciente o de años, familiar o de amistad: la responsabilidad afectiva aplica a todo tipo de relaciones.
En otras palabras, cada vez que estableces una conexión con alguien más, te vuelves responsable por cómo la haces sentir. “Como digo, es el tema de ser cuidadoso y empático con la otra persona. Es pensar ¿cómo yo me sentiría si la otra persona me hiciera lo mismo que yo estoy haciendo?”, dice Bayas.
Cosas que puedes estar haciendo que NO son responsables afectivamente
De acuerdo a la doctora Bayas, existen tres comportamientos principales contra los que hay que luchar para ser responsablemente afectivos.
Deja de ghostear o desaparecer (Ghostear)
Como lo define la doctora Bayas, es terminar con una relación sin que la otra persona se entere.
Este es un método de evasión de la responsabilidad que puede representar cortar lazos con alguien. “Que la otra persona se ponga a llorar, que se ponga triste, que empiece a hacer preguntas, la gente no quiere enfrentarse a eso”, dice Bayas. Por eso ghosteamos: porque es una salida fácil.
No minimices lo que siente la otra persona (Gaslighting)
Si te encuentras a ti mismo repitiendo frases como “estás loco” “no es para tanto” “estás exagerando” “ya vas a empezar”, posiblemente estás adoptando una actitud manipuladora contra la otra persona.
Invalidar repetidamente lo que el otro siente, o mentirle sobre un hecho que claramente es real, altera la percepción de la realidad de quien hace el reclamo. “Empiezan a dudar de sus emociones, dudan de si su reclamo es válido, empiezan a dudar de todo y empiezan a depender de la pareja”, explica Bayas.
La inseguridad que provoca este comportamiento, resulta que que la otra persona dependa de otros para tomar decisiones y confirmar sus percepciones.
Desecha tus ideas de amor romántico
El amor romántico, lo define la doctora Bayas, como esas expectativas sobre cómo debe ser una relación y obligar a que la otra persona la cumpla.
Es decir, no las aceptamos como realmente son, queremos que sean el ideal que tenemos en nuestra cabeza. “Ahí vienen las decepciones propias, el tratar de cambiar a la otra persona, que la otra persona se sienta insuficiente, etcétera”, dice Bayas.
¿Para qué sirve la responsabilidad afectiva?
Cuando eliges ser responsable emocionalmente, te conviertes en una mejor persona.
La responsabilidad afectiva te ayuda a ejercitar tu empatía porque empiezas a considerar como piensan y sienten los demás.
Incluso tu perspectiva cambia a la hora de prevenir y superar conflictos. La razón, es que al querer limitar el sufrimiento de la otra persona, automáticamente regulas tu lenguaje, escuchas más y usas comunicación asertiva. Así lo explica la psicóloga Jennifer Delgado.
Si esta es la manera en la que quieres llevar tus relaciones, puedes comenzar haciendo lo siguiente.
Ejemplos de responsabilidad afectiva
Sé honesto.
Hablar con claridad desde un inicio sobre lo que quieres, lo que no quieres y lo que esperas recibir. Además. puede ahorrarte confusiones y peleas por falta de comunicación.
Practica la comunicación asertiva
Comunica, explica, aclara, y habla desde tus sentimientos y experiencia, aconseja la doctora Bayas. “Comunicación asertiva no es el tema del reclamo, sino poder decir como me siento”, dice. “No es lo mismo decir: es que tú eres un mentiroso, fiestero, mujeriego, a decir, a mi me hace sentir mal que salgas a fiestas porque siento que vas a estar con otras personas y me siento insegura. Eso es hablar desde nuestros sentimientos”, explica Bayas.
Valida las emociones del otro
Si tomas consciencia de que estás minimizando las emociones de alguien más, la comunicación será tu mejor clave. “Reconocer el error, decir es verdad yo estoy cometiendo un error, yo te estoy haciendo sentir mal”, dice Bayas. “”O si no se entiende de verdad, decir, ¿por qué crees que te estoy haciendo sentir mal? ¿por qué estaría mal lo que yo estoy diciendo o lo que yo estoy haciendo?”, explica.
La responsabilidad viene de todas las partes
No hay mucho con qué trabajar si solo una persona está practicando responsabilidad afectiva.
Incluso en relaciones abiertas u otro tipo de relaciones afectivas, es importante asegurarse de que todos buscan una oportunidad para desarrollar habilidades de comunicación más responsables.