La leyenda cuenta que el alcohol te hace cambiar de personalidad. Sí, unos shots de tequila son suficientes para convertirte de tímida, al alma de la fiesta. De un tronco tieso, a bailarín de salsa que nunca conoció la palabra miedo en su vida.
Dice esta leyenda que los poderes del alcohol llegan tan lejos que incluso podrían hacerte hacer cosas que sobrio nunca te atreverías. Como engañar a tu pareja, insultar a tu jefe o pegarte con medio bar.
Y como resultado, mostrarías tu verdadero ser ante el mundo. Dizque la magia del Happy Hour puede revelar tus verdaderos colores.
Por eso, creemos que “borracho nunca miente.”
¿Qué tan cierto es esto? ¿Realmente tu yo sobrio es solo una máscara que encubre a tu yo verdadero (o sea el borracho)?
¿El alcohol te hace cambiar de personalidad?
Mito.
Aunque el alcohol sí puede hacerte actuar diferente, no “te convierte en otra persona” o “deja ver tus verdaderos colores”, porque tu yo sobrio, es el mismo que tú borracho, solo que de diferentes sabores.
De acuerdo a un experimento realizado en 2017, el cambio entre una persona en estado de ebriedad y su yo sobrio, era mínimo. De hecho existía una gran discrepancia entre la percepción que tenían los participantes de ellos mismos borrachos y cómo los veían los demás.
Eran las mismas personas, solo que más extrovertidas.
El psicólogo Leon Seltzer lo pone de esta manera: el alcohol no te hace cambiar de personalidad, solo descubre las partes que estaban tapadas.
Pongamos un ejemplo de la vida real. En el 2006, el actor Mel Gibson fue arrestado por conducir borracho. Durante su encuentro con la policía, Gibson gritó varias declaraciones racistas en contra del pueblo judío (como Kanye West).
Después en un entrevista, Mel Gibson culpó al alcohol por hacerle decir esas cosas. Él está en contra de todo tipo de odio.
El psiquiatra Gary Malone, explica que estos pensamientos no aparecieron mágicamente en la cabeza de Gibson gracias al alcohol.
Seguramente él ya los tenía en su subconsciente, pero mientras estaba sobrio, su cerebro sabía que no podía comunicarlos.
Con alcohol de por medio “las respuestas se vuelven más primitivas y hostiles”, explica Malone. Por eso, algunos pensamientos que mantenemos bajo llave, con el alcohol encuentran la manera de salir.
Además, como explica Seltzer, el alcohol puede incitar pensamientos de los que normalmente te alejas. Especialmente cuando esos impulsos resultan en actividades ilegales o crímenes.
Ahora tal vez entiendas mejor por qué un violador no puede usar la excusa de que el alcohol te hace cambiar de personalidad.
Simplemente, el alcohol no tiene ese poder.