Comencemos hablando de diferencias: un motel no es lo mismo que un hotel

¿Qué es un motel?

Un motel, de acuerdo a la cadena de moteles Fantasy Room, es un establecimiento que tiene habitaciones para estadías cortas. Por eso se suelen reservar por horas. 

En un motel tienes acceso directo a la habitación. Es decir, si llegas en carro, pasas directo a una cochera privada que tiene acceso directo a la habitación. Si llegas a pie, pasas directamente al cuarto. 

No debes hacer un registro formal, ni pasar por una recepción. Eso sí: tal vez te pidan tu identificación para comprobar que no eres menor de edad. 

Sí, la edad legal para entrar a un motel es de 18 para arriba.

Usualmente, la gente lo usa para tener encuentros sexuales. Por eso, vas a encontrar habitaciones equipadas con este objetivo. Por ejemplo, con espejos en el techo, sillones tantra, condones o juguetes sexuales.

Por su parte, un hotel sirve para estadías largas. Por eso se reservan en días. La mayor diferencia es que en un hotel tienes espacios en común. 

Es decir, aparte de tu habitación, puedes compartir con otras personas espacios como gimnasios, piscinas, juegos infantiles, etc. 

A los hoteles pueden llegar personas solas, familias, parejas o grupos de amigos.

Ahora que ya sabes qué esperar de un motel, hablemos de por qué mucha gente les tiene tanto miedo. 

¿Por qué los moteles tienen ‘mala fama’?

¿Es malo ir a un motel con mi novio?

No es secreto para nadie que tener sexo, en general, puede estar mal visto en varias culturas,  religiones o familias

De acuerdo a la sexóloga Alejandra Quintero, esa es la razón por la que se ve tan mal a los moteles. No porque sean lugares peligrosos o ilegales, sino porque son lugares destinados al placer que han sido negados y prohibidos por la sociedad. 

Esto no significa que tienes que querer ir a un motel. Eso es una decisión muy personal.

Lo que sí te puede ayudar a entender mejor tu decisión es preguntarte por qué. La sexóloga Edelmira Cárdenas explica que hay 4 razones por las que una persona puede sentirse culpable de experimentar con su sexualidad

Ignorancia. De acuerdo a Cárdenas, creer que lo sabemos todo en cuanto a sexualidad no te va a ayudar a vivirla plenamente. 

En el caso particular de los moteles, asumir que la gente que va es de cierta forma, o qué cosas se pueden hacer, te puede jugar en contra. 

No investigar, no saber cómo funciona, ni qué opciones tiene, puede privarte de vivir una nueva experiencia. O en caso contrario, hacer que tengas una experiencia nada placentera. 

Investiga, pregunta, mantén una mente abierta

Vergüenza. “La vergüenza hace que me detenga, hace que no salga, que no me muestre, que no explore, que no descubra, que no aprenda”, dice la sexóloga Cárdenas.

Normalmente, la vergüenza nace de un comentario que alguien te hizo. Ya sea, un amigo, un familiar, el porno o la escuela. 

Por ejemplo, si continuamente has escuchado que la gente que va a moteles es “sucia”, “promiscua” o “no se tiene respeto” te estás encasillando en como los demás califican la experiencia de ir a un motel. 

El miedo de cómo te puedan calificar a ti si tú también lo haces.

Culpa.  La culpa, explica la doctora Cárdenas, tiene que ver con la forma en la que te educaron y con tu religión. 

Si creciste con la idea de que hacer ciertas actividades te van a llevar al infierno, son pecado o te hacen menos persona, lo más normal es que te sientas culpable por querer intentarlo

Pero no te preocupes: no te va a pasar nada de eso —vivir tu sexualidad con consentimiento, responsable y placenteramente es bueno para ti, tu salud y tu felicidad. 

Miedo. El miedo petrifica, dice Cárdenas. Si desconoces a lo que te estás enfrentando, lo más probables es que te llenes de dudas y te bloquees. ¿Cómo se soluciona? Investigando, buscando información y evitando caer en el primer error: la ignorancia.

Entonces ¿es malo o no ir a un motel con mi novi@?

¿Es malo ir a un motel con mi novio?

No, no tiene nada de malo y es una decisión personal, explica el sexólogo y psicólogo José Manuel Gonzales

“En nuestra cultura una sexualidad alegre y placentera tiene muy mala imagen. No hemos entendido que el cuerpo está para el placer y que ir a un motel debería ser como ir a un restaurante”.

Ir a un motel puede ser una actividad para salir de la rutina. O un espacio seguro para probar nuevos juguetes sexuales.

Realmente, depende de ti el uso que quieras dar. Puedes ir a dormir (que mucha gente lo hace por tener parqueadero y ser seguro) y no pasa nada. 

La sexóloga Yao Peña explica que a las únicas personas a las que les debe importar si ir a un motel o no son a ti y a tu pareja

También puedes decidir no ir y nadie puede obligarte. Recuérdalo. 

Si sientes que lo que necesitas es un poco de tiempo, úsalo para investigar moteles, qué tienen y si eso te atrae

Pero sobre todo, recuerda también trabajar en ti y explorar tus gustos y sensaciones. Como dice la sexóloga Edelmira Cárdenas:Es ilógico esperar que alguien me ame si yo no me amo a mí mismo. Esperar que alguien me de un orgasmo si yo nunca me lo he dado, y esperar a que esa persona te llegue con novedades o te colme de atenciones, si la que menos tiene iniciativa soy yo”.

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