¿Por qué alguien querría recolectar semen de los muertos? Pues no, no es para hacer ningún tipo de experimento. La respuesta es más humana de lo que parece.
La recuperación póstuma de espermatozoides o extracción de semen post mortem es un procedimiento que usan personas cuya pareja ha fallecido inesperadamente y que aún quieren tener la oportunidad de tener sus hijos.
Aunque recién estamos escuchando en el mainstream sobre este proceso, la verdad es que en 1980 ya se hizo la primera solicitud para realizar una recuperación póstuma de espermatozoides. Y el primer bebé que nació usando este método fue en 1999.
Sin embargo, sexo y muerte son temas que no se mezclan. Por eso, aunque muchas familias han podido crecer por este método; la ciencia, la religión y los especialistas aún no saben si es moral recolectar semen de los muertos.
Aquí te contamos cómo se hace la extracción de semen post mortem y qué argumentos hay a favor y en contra de esta práctica.
¿Cómo se hace una recuperación póstuma de espermatozoides?
El urólogo Jesse Mills, de la Clínica para Hombres de la Universidad de California, explica que se extrae el semen de pacientes con muerte cerebral o que han muerto en las últimas 36 horas (es lo recomendable). Pero la clínica de fertilidad Give Legacy explica que incluso pueden ser 72 horas.
Por cierto, muerte cerebral se refiere a personas que aunque su corazón sigue latiendo, su cerebro paró sus funciones permanentemente.
Para extraer el semen, un cirujano o urólogo tiene tres opciones:
- Remover totalmente los testículos
- Extraer a los espermatozoides usando una aguja
- Extraer un pedazo de tejido testicular que tenga muchos espermatozoides
Después de recolectar los espermatozoides, estos van a una incubadora donde se examina si tienen posibilidades de crear vida. Recuerda que hay muchos factores que afectan la calidad del esperma.
Si los espermatozoides son buenos, se congelan hasta que la pareja decida usarlos para fecundación in vitro, o sea cuando se une el óvulo y espermatozoide en un plato de laboratorio. Después se coloca dentro del útero y, si todo sale bien, un bebé nacerá en nueve meses, explica la enciclopedia médica, MedlinePlus.
¿Por qué recolectar semen de los muertos es un dilema moral?
Existen varias razones por las cuales la recuperación póstuma de espermatozoides no está permitida en muchos hospitales, y los seguros no quieren cubrirla.
Empecemos por la más básica: el consentimiento, o el permiso de la persona fallecida para que usen su esperma. Por ejemplo, para el departamento de urología del centro médico Weill Cornell, la extracción de semen post mortem sólo se debería hacer si la persona fallecida lo deseaba y existe prueba de ello.
Para el profesor en ciencias de la familia de la Universidad de Kentucky, Jason Hans, si una persona dijo en vida que le gustaría tener hijos, no es suficiente. La razón es que la muerte no permite vivir la experiencia de la paternidad. Es decir, la persona fallecida no se beneficia de ninguna manera y por lo tanto no sabemos si daría su consentimiento bajo estas circunstancias.
Además, una de las pocas cosas en las que estamos de acuerdo como humanidad es que hay que respetar a los muertos. Para la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, hacer este procedimiento es una forma de violentar a la persona fallecida.
En el aspecto religioso existe mucha oposición ante cualquier manera no natural de tener hijos. También existe la pregunta sobre si es realmente ético traer al mundo a un niño sin uno de sus padres.
Los argumentos a favor
Toda moneda tiene su otra cara. En primer lugar, el derecho a la procreación es parte de las constituciones de casi todos los países, por ejemplo la mexicana y estadounidense. El alto comisionado de las Naciones Unidas considera un derecho el poder elegir cómo, cuándo, dónde y cuántos hijos quiere tener una persona.
En su artículo de investigación Let People Collect Sperm From the Dead, el medio WIRED menciona que pedir consentimiento de las parejas es muy difícil ya que casi nunca se pregunta si alguien quisiera que se le haga una recuperación póstuma de espermatozoides.
Sin embargo, procedimientos como la donación de órganos sí se suelen consultar mientras el paciente está con vida.
Entonces si los hospitales quieren consentimiento, tal vez deberían normalizar esta pregunta dentro de sus consultas.
Además, muchos otros procedimientos médicos que son de vida o muerte se realizan sin el consentimiento del paciente. Por ejemplo en el caso de si se debe escoger entre la vida de un bebé o la de la madre durante el parto.
En estos casos se confía en que los familiares más cercanos podrán tomar la decisión acertada.
El artículo también explica que la preocupación por “traer a un niño al mundo sin padre”, no se aplica en otras situaciones. Por ejemplo, hay muchos padres que mueren durante el embarazo o poco tiempo después de que los bebés nacen. Nunca nadie se cuestiona si vale la pena que esos niños continúen viviendo.
¿Existe una alternativa?
Si tú no quieres acercarte ni siquiera a la opción de recolectar semen de los muertos, te entendemos y sí, sí hay alternativas.
La clínica de fertilidad Give Legacy explica que si tú y tu pareja aún quieren tener hijos juntos en el caso de una muerte repentina, lo mejor es congelar el esperma antes de cualquier eventualidad.
De esta manera no solo no se debe practicar una recuperación póstuma de espermatozoides, si no que ambos tienen el consentimiento por escrito de que ese deseo y ese esperma tiene un fin específico.
Además, congelar el esperma funciona como un plan B ante cualquier eventualidad de la vida. Por ejemplo, problemas de infertilidad, edad o accidentes.