En los últimos años, la necesidad de programas de rehabilitación para incels va en aumento. 

¿Puede haber rehabilitación para incels? 

Es una gran pregunta. Pero primero recordemos algunas cosas. La palabra incel es la combinación de las palabras involuntary celibate (celibato involuntario)

Los incels son personas, normalmente hombres, que creen que no pueden tener relaciones románticas o sexo porque la vida y el universo no los hizo atractivos y porque las mujeres únicamente están atraídas a tipos estereotípicamente masculinos a los que definen como “Chads”

Entonces, de alguna manera, también es culpa de ellas que ellos sean incels.

El término, de acuerdo a la revista Wired, nace de un proyecto online de 1993. Fue creado por una mujer llamada Alana. Su objetivo era que personas “vírgenes” entrasen a contar sus historias. 

Sin embargo, el término incel se popularizó en Reddit muchos años después. No solo eso, sino que evolucionó hasta convertirse en un culto que incentiva a sus seguidores a ser misóginos, homofóbicos y hasta cometer actos extremistas. 

Otra característica importante de la comunidad incel, es la falta de inteligencia emocional y autoestima, explica el reporte de la Red de Concientización sobre la Radicalización (RAN) para la Unión Europea. Es decir, tienen tendencias suicidas o autodestructivas. Además,  incentivan a otros incels a hacerlo también.

El odio, tristeza y soledad que experimentan los incels se han vuelto un peligro para la sociedad. 

Aquí te contamos hasta dónde ha llegado la comunidad incel y qué se está haciendo para detenerlos.

Los incels y la violencia

El reporte de la RAN deja en claro que no todas las personas que pertenecen a esta comunidad son violentos

De hecho, muchos simplemente se unen para sentir que pertenecen a algún lugar

La RAN los divide en tres categorías:

  • Los incels que se hacen autodaño
  • Los incels que incentivan a otros incels a hacerse daño o acosan a mujeres para probar su punto
  • Los incels que quieren lastimar a la sociedad como una forma de vengarse por lo que les pasa a ellos.

Nos vamos a centrar en estos últimos

El primer ataque incel a nivel social sucedió en 2014 en California. Lo cometió el incel Elliot Rodger. 

Rodger, de 22 años, asesinó a 6 personas antes de quitarse la vida. En un video de Youtube y un manifiesto personal, Rodgers explica que esta es su venganza porque ninguna mujer lo aceptó.

En su manifiesto, Rodgers describe a la mujer como una bestia que necesita estar en campos de concentración y merece morir de hambre. 

¿Horrible, verdad? Pues Elliot Rodger se convirtió en un héroe dentro de la comunidad y un mártir de la “Revolución Incel”

En 2018, otro incel, Alek Minassian atropelló a 10 personas e hirió a otras 16 con una furgoneta

Antes de hacerlo, publicó un mensaje en Facebook que decía lo siguiente: 

“La Rebelión Incel ya comenzó ¡Vamos a derrotar a todos los Chads y las Stacys! ¡Todos adoren al caballero superior Elliot Rodger”

El investigador y experto en des-radicalización, John Jorgan, explica que existen estudios donde se comprueba que los ataques en solitario (como en el caso de los incels) son más peligrosos que los ataques cometidos por grupos extremistas.  

¿Existe una rehabilitación?

Aunque sí existen centro que promocionan la rehabilitación para  incels, pero Horgan explica que no hay estudios suficientes sobre cómo des radicalizar a una persona.

La RAN apuesta por la prevención y su reporte incluye recomendaciones como:

  1. Informar a los jóvenes sobre las peligrosas narrativas de la comunidad incel
  2. Enseñar una buena educación sexual
  3. Informar a médicos y profesionales de salud sobre las creencias de estos grupos
  4. Informar a los padres de incels potenciales y enseñarles terminología básica

La terapia personal y grupal también puede ser un camino. Samuel, un estudiante de Países Bajos, asistió a un programa de rehabilitación para incels.

En su testimonio para la revista Mel Magazine, Samuel explica que mediante terapia pudo recuperarse de su depresión y liberó su ira. Sus terapeutas fueron muy receptivos y le ayudaron a sacar su lado más empático. 

Para Horgan, estos casos, más sus estudios, son prueba de que la solución no está en “meter presos a todos”. 

La solución más inteligente es de radicalizar y alejar de la comunidad tóxica a estos hombres en peligro.

MÁS RECIENTES