Amistades tóxicas o malos amigos: no es fácil admitir que tenemos uno.
En el podcast Entiende Tu Mente, los psicólogos Luis Muiño y Mónica Gonzáles, explican que los verdaderos amigos son muy difíciles de hacer y encontrar. Pero no es imposible.
Una amistad verdadera, de acuerdo a estos psicólogos, es una relación que no se puede construir desde el ego. Es decir, las amistades de verdad no son aquellas donde solo buscamos sentirnos bien sobre nosotros mismos y que alguien nos halague todo el tiempo.
Una buena amistad tiene mucha comunicación. Se da con alguien con quien compartes tu sentido del humor, con quien no tienes que fingir ser otra persona o limitarte. Los buenos amigos son personas con las que quieres salir y ver, que te aceptan y apoyan.
¿No te sientes así con tu amigo? Veamos qué puede estar pasando.
Señales de la amistades tóxicas
De acuerdo al portal de psicología My Healthy Mind Project, una amistad tóxica o disfuncional puede verse de la siguiente manera:
1. No es una relación recíproca. Si sientes que das mucho o se te pide mucho como amiga, pero no puedes esperar lo mismo de la otra persona, tal vez su amistad no esté equilibrada.
Por ejemplo: tu amigo siempre habla, pero no le interesa lo que tú tengas que contarle. O siempre estás disponible para ayudarlo en cualquier situación, pero esa persona casi nunca está para ti.
2. Debes cambiar para que te acepten. En una amistad dañina, no sientes que puedes ser tú mismo, o sientes que no eres suficiente. Si tu amigo te hace sentir mal sobre cómo te vistes, cómo te ves, te pide que renuncies a cosas que te hacen feliz o te pide hacer cosas que van en contra de tus valores, ahí no es.
3. No respeta tus límites. Si has conversado con tu amigo una y otra vez sobre las cosas o comportamientos que no te gustan pero los sigue haciendo, es otra señal de que su amistad tal vez no es tan buena.
Por ejemplo, si le dices que no te gusta tomar, pero en cada fiesta te fuerza a hacerlo y se burla de ti si no lo haces. O si te llama todo el tiempo a pesar de que le has dicho que no lo haga después de cierta hora. O se enoja si ya no le prestas ropa después de haberla dañado.
Si en cosas sencillas no te respeta, no esperes mucho en cosas más importantes.
4. Solo aparece cuando necesita algo. A esto se le llama interés.
Si tu amigo casi nunca te escribe o sale contigo, pero justo justo aparece cuando necesita un deber, que alguien lo lleve a su casa, que lo inviten a comer o que le presentes a alguien y vuelve a desaparecer una vez que lo obtiene, es una señal que no hay una amistad verdadera. Solo te buscan cuando necesitan algo a su favor.
En general, de acuerdo al portal médico Healthline, una amistad tóxica tendrá un gran impacto en tu salud física y emocional.
Así que si detectas que cuando estás con esa persona tu autoestima baja, su presencia te estresa o te sientes sola a pesar de que siempre te diga “amiga”, puedes tomar alguna acciones para evitar que siga pasando.
¿Qué hago si tengo una amistad tóxica?
El centro de ayuda emocional Reach Out Australia tiene estas recomendaciones sobre cómo lidiar con los malos amigos.
Uno. Enfócate en qué puedes hacer, más que en lo que la otra persona te hizo. Por ejemplo, no te quedes pensando en el comentario feo que te hizo tu amiga: analiza mejor cuándo y cuando no pedirle su opinión.
No siempre podrás controlar lo que haga el resto, pero sí cómo respondes tú.
Dos. Tú sé respetuoso. Si detectas que un amigo está haciendo cosas hirientes como hablar mal de ti, inventar rumores o ignorarte sin razón, no le hagas lo mismo.
Evita ser tú quien responda también con chistes, o pidiendo a otros amigos en común que dejen de hablarle.
Tres. Corrige en el momento. La mejor manera de dejarle saber a tu amigo que no estás feliz con cierta actitud o comportamiento es decírselo en el momento que suceda.
Si te llama por un apodo que no te gusta puedes responder con un “¿puedes dejar de decirme así?”. O si te etiqueta en una foto sin tu permiso, pídele en ese momento que la elimine.
Si te sientes muy nervioso de hacerlo, puedes enviarle un mensaje.
Cuatro. Busca la valentía en ti y aléjate. Dejar a un amigo no es fácil y muchas veces volvemos a ellos por temor a quedarnos solos o no encajar.
No te preocupes. Tómate tu tiempo. Pero recuerda que alejarte de una persona que te hace daño está bien.
Si te das un espacio, puedes recuperarte, conectar con otras personas y pensar bien sobre si esa persona merece una segunda oportunidad.