La microdosificación o ingerir alucinógenos en dosis bajas es la práctica/teoría que afirma que así obtienes algunos efectos de estas drogas, sin consumir una dosis completa y sin llegar a alucinar.
De acuerdo a los estudios, la dosis “ideal” para obtener los beneficios, sería del 5 al 10% de la dosis total. Por ejemplo, una dosis de LSD suele ser de 1 gramo. Si haces microdosificación, consumirás de 0.05 a 0.1 gramos.
Las drogas que cuentan como alucinógenos de acuerdo a la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos, son:
- Cannabis
- LSD
- Hongos mágicos
- Ayahuasca
- MDMA (que es unos de los muchos ingredientes del Tusi)
- Peyote
Antes de seguir: no confundas el microdosing con el uso medicinal que se está empezando a dar, de forma médica, por ejemplo, al LSD. El LSD está siendo usado con resultados prometedores en tratamientos para el estrés postraumático y el alcoholismo.
La teoría
De acuerdo al farmacéutico Bryan Kuhn, la teoría de esta práctica es que dosis bajas de alucinógenos tienen un impacto positivo en la salud mental.
Todo se basa en estudios como el de la Universidad John Hopkins, donde se afirma que la psilocibina, un ingrediente de los alucinógenos, ayudó a pacientes de cáncer a llevar su depresión y ansiedad.
Además, algunos ‘lobos de Wall Street’ también juraban que la microdosificación era el secreto para su energía y creatividad.
Por ejemplo, el fundador de Paypal, Peter Thiel, ahora invierte en psicodélicos. Atletas como Daniel Carcillo, jugador de fútbol americano, usa dosis bajas de estas drogas para superar el trauma que le provocó su carrera deportiva. Al igual que el peleador de UFC Ian McCall.
En una entrevista para Rolling Stone, Ken, un empleado en Silicon Valley, afirma que desde que empezó a hacer microdosis, se divertía más y encontraba soluciones rápidas a problemas tecnológicos.
Una maravilla. Lamentablemente, no son más que anécdotas, explica el farmacéutico Kuhn.
La realidad de las dosis bajas de alucinógenos
Aunque se han realizado varios estudios sobre el tema, aún falta mucho para saber si realmente las dosis bajas de alucinógenos o microdosis en verdad funcionan.
Lamentablemente, los resultados hasta ahora no son lo que muchos investigadores esperaban, comenta Michigan van Elk, profesor de psicología de la Universidad de Leiden.
Por ejemplo, en su estudio, los participantes pensaron que durante un mes harían una microdosificación de sus propias drogas. Sin embargo, en el experimento también se incluyeron drogas placebo (sin ningún efecto). Todas las personas se sentían mucho mejor, incluso las que solo tomaron placebo.
En otro estudio de la Universidad de Chicago, los participantes recibieron microdosis de una droga desconocida (era LSD) y placebo, por dos semanas. Tampoco se les dijo cuál era el propósito del estudio.
Al final, no hubo ninguna diferencia entre los grupos que consumieron LSD y placebo.
David Erritzoe, también condujo su propio estudio. Sus conclusiones fueron que las personas se dejan llevar por las expectativas. O sea si tomaban placebo y creían que era un alucinógeno, reportaban mejorías.
Pero sí se les daba una droga alucinógena y les decían que era placebo, no se sentían diferentes.