Los funerales por concepto no son momentos divertidos, sino todo lo contrario. El reto de despedir a un ser querido está repleto de sentimientos encontrados, principalmente tristeza.

Pero cada vez más personas quieren ser parte de su propia despedida, hacer del momento una fiesta y escuchar qué le dirían las personas de su círculo cercano para cuando ya no estén.

Otros, buscan darle otro significado a la muerte con alternativas, como los entierros de compost que te explicamos en un artículo anterior.

Si lo pensamos, tal vez no es tan descabellado. En la película The Fault in our Stars, Hazel dice que “los funerales no son para los muertos, son para los vivos”, haciendo referencia a que las cosas que se dicen y los momentos que se recuerdan son para reconfortar a los asistentes al funeral, pero por lo general no son cosas que les dijeron en vida a las personas que están honrando.

Por eso se ha popularizado la tendencia de los funerales en vida o living funerals. Son celebraciones de la vida vivida, una última fiesta, generalmente para las personas que tienen alguna enfermedad grave, o saben que pronto morirán, pero que cada vez, según la BBC, se está popularizando en varias partes del mundo.

¿Por qué son populares ahora los funerales en vida?

La idea de los funerales en vida no es nueva. De hecho, en Japón existen desde los años 90, se llaman seizenso y son vistos como una oportunidad de la persona que va a morir para agradecerle a los suyos por haberlo acompañado en su vida. Empezaron haciéndolos los famosos y luego se extendió a la población en general.

Y lentamente otras culturas han visto en estas ceremonias una oportunidad para darle un nuevo significado a los funerales y las despedidas. Algo que han valorado mucho tanto quienes están siendo despedidos, como las personas que pueden celebrar, agradecer y despedirse de un ser querido, antes de su muerte.

Cómo son los living funerals

Dignity Memorial una empresa que presta servicios exequiales como la planificación de funerales con anticipación, que es cuando la persona que está próxima a fallecer deja planificados todos los detalles para cuando ya no esté,  y los funerales en vida, dice que los segundos son un espacio para «pasar tiempo juntos, intercambiar recuerdos y decir adiós final.»

La planificación es como una fiesta normal. Hay invitaciones, un lugar de recepción, decoración, y todos esos detalles que hacen de una celebración algo especial. Por lo general, de los detalles se encarga la persona que se está despidiendo, porque pronto morirá.

Los organizadores de eventos de fin de vida sugieren, primero, invitar a las personas que son cercanas al corazón, de quienes quisieran despedirse y a quienes quisieran agradecerles por haber estado en su vida.

Ceremonia, un blog sobre organización de funerales y funerales en vida, dice que la locación no es algo rígido, puede ser en interiores o exteriores, en un parque, en un jardín, en una casa, en un restaurante que al homenajeado le guste mucho o  incluso hay quienes escogen hacer su fiesta de despedida en una iglesia.

La idea es que el ambiente sea festivo, aunque claro, habrá un componente de emotividad y nostalgia por la naturaleza de la ‘celebración’. Pero idealmente se recomienda que el tono de la reunión sea alegre, las decoraciones coloridas, la música animada y que sea un espacio principalmente de mucho amor y no tan lleno de formalidades y protocolos.

Ahora bien, también habrá un momento de dar pequeños discursos, como se acostumbra en los funerales regulares, en el que se cuenten momentos felices y divertidos compartidos con la persona homenajeada. Ceremonia explica que esta parte también es de libre elección, es decir, pueden haber poemas, cantos, discursos, anécdotas, videos, fotos o lo que a cada uno le nazca.

Así, las personas que se van pueden ser parte de su despedida, escuchar y recibir el cariño de sus seres queridos, e irse más tranquilos, habiéndose despedido y dicho todo antes de morir.

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