Storytimes, cuentas de TikTok que te dan “el famosísimo contexto”, y dramas explicados en parte 1, parte 2 o parte mil, son la prueba de que nos encanta el chisme

El chisme es una actividad que une amigos, familias, oficinas y al mundo entero. ¿Cómo olvidar cuando todos queríamos saber si Harry Styles le escupió a Chris Pine en la premier de Don’t Worry Darling? ¿O cuando todos dejamos de dormir para leer el hilo de Twitter que explicaba la relación de Selena Gomez con Justin Bieber?

Son momentos que nos definen como humanidad.

Al mismo tiempo, todos hemos escuchado que el chisme es malo. “En boca cerrada no entran moscas”, diría tu abuelita y “la gente inteligente habla de ideas, la gente común habla de cosas, la gente mediocre habla de gente.», diría tu amigo mamador. 

Entonces ¿por qué es irresistible escuchar un chisme o aportar en un chisme? ¿Por qué las reuniones de amigos son aburridas hasta que alguien dice “¿sí supieron …?”?

En esta nota te contamos qué dicen los estudios y los psicólogos sobre por qué nos encanta el chisme. 

 

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¿El chisme es malo?

El psicólogo David Ludden, explica que el chisme no es naturalmente malo o bueno, simplemente es compartir información social con otras personas. Siempre que hables de una persona que no está presente, para bien o para mal, es chisme. 

De hecho, un estudio de 2019 que buscaba analizar los temas sobre los que más chismeamos reveló que al menos tres cuartos de todos los chismes que escucharon eran bastante neutrales… y aburridos.

Además el chisme puede ser bueno para la salud mental. Pues en un estudio del 2012, se demostró que cuando una persona presencia o escucha sobre actos injustos o antisociales que tuvo otra persona, su cuerpo se tensiona y su ritmo cardíaco se acelera. 

Sin embargo, poder chismear sobre esta persona o la situación tenía un ejemplo calmante y relajante en el cuerpo. No nos puedes decir que no te sentiste mejor después de chismearle a tu amiga sobre tu compañera de grupo que nunca hace su parte del trabajo. 

Eso sí, no todo el chisme es bueno. De acuerdo a Megan Robbins, psicóloga de la Universidad de California, Riverside;  el chisme que no tiene propósito, que es inventado o que solo quiere lastimar a alguien, es el tipo de chisme del que debes alejarte. 

Por ejemplo, si tu compañera de trabajo viene a “chismearte” sobre la apariencia física de un compañero, aléjate. ¿De qué te sirve eso? No estás aprendiendo nada. Si quiere chismear, que te cuente que está saliendo con la secretaría de la jefa o que se va a comprar un Ferrari aunque gana el sueldo básico. 

Si no aprendes algo nuevo, entonces es un mal chisme. 

¿Por qué nos gusta «el té»?

Existen muchas respuestas a por qué nos encanta chismear. De acuerdo al analista de comportamientos del FBI, John R. Schafer, uno de los motivos puede ser por el poder que te otorga saber una pedazo de información que los demás desconocen. 

También puede ser una forma de consuelo por no sufrir o no ser como la persona de la que estás chismeando. 

La psicóloga Robin Dunbar explica que chismear también es una forma de socializar y la razón por la que nuestros ancestros sobrevivieron. Para Dunbar, socializar es pasar información vital a grandes comunidades y así sostener sociedades. 

En la investigación El chisme como aprendizaje cultural también se propone la idea de que el chisme nos ayuda a reconocer lo que es socialmente aceptable y lo que no lo es. Por ejemplo si alguien hace trampa dentro de una comunidad, el resto hablará de esta persona de manera negativa lo que puede advertir a otras personas sobre las consecuencias de las malas acciones. 

Además, chismear es un símbolo de las relaciones íntimas, explica la socióloga Stacy Torres para la revista Times. Tú no chismeas con cualquier persona en la oficina, sino con el amigo con el que tienes más confianza. Por eso, para Torres, el chisme es bueno para combatir la soledad y fortalecer vínculos. 

Así que si te sientes mal por chismear de vez en cuando, recuerda que desahogarse un poco no hace daño a nadie. Eso sí, cuida bien tus intenciones ya que el mal chisme puede separar a una persona del grupo para siempre. 

 

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