Si hay algo que todos hemos aceptado como realidad es que nos escuchan los celulares. Si no, ¿cómo explicas la publicidad en mi Instagram sobre un tema del que acabo de hablar?
Pues la verdad es que eso de que el celular puede escuchar, es falso y, sobre todo, no es necesario porque tú ya le das toda la información que necesita, explica el software de antivirus, Norton.
Como seguramente ya sabes, al ingresar en páginas web o registrarte en una red social, le das permiso a esa app o servidor para recolectar tus datos personales. De acuerdo a Danna Rezazadegan, profesora de IA y ciencia de datos de la Universidad Tecnológica de Swinburne, algunos datos que estás otorgando son:
- tu locación
- tus contactos
- tu e-mail
- permiso para rastrear tu actividad dentro de una página web o en muchas páginas web
- permiso para crear un perfil web de quien eres basándose en tu actividad online (tu sexo, tu edad, a qué te dedicas, tu rutina, tus intereses)
- que te muestren publicidad que podría ser de tu interés
Esto le permite a los servidores no solo saber quién eres, si no cómo podrías actuar en el futuro. Por eso a veces parece que la publicidad está un paso adelante.
Pero tal vez esta explicación no es suficiente. Así que sigamos explorando por qué tu celular sabe tanto de ti sin escucharte.
¿El celular detecta las conversaciones?
“No lo hacemos. Senador, déjeme ser muy claro en esto. Está hablando de una teoría conspirativa que ha circulado que dice que escuchamos todo lo que pasa en su micrófono y lo usamos. No hacemos eso.”, dijo Mark Zuckerberg, dueño de Meta, ante el senado de los Estados Unidos.
Sin embargo, que el dueño de Instagram y Facebook diga bajo juramento que la creencia de que nos escuchan los celulares es falsa, no es suficiente. Por suerte existe la ciencia y los experimentos.
En 2018, una empresa de seguridad móvil realizó un experimento para determinar si un celular puede escuchar las conversaciones. El experimento consistía en colocar un celular Samsung y un iPhone en una habitación de audio donde reprodujeron comerciales de comida para perros y gatos.
En otra habitación colocaron dos teléfonos idénticos a los de la primera habitación, pero la habitación se mantuvo en silencio. En todos los celulares aplicaciones como Facebook, Instagram, Snapchat, Youtube y Amazon se mantuvieron abiertas con todos los permisos de acceso, incluído el micrófono.
Después de que pasaban los 30 minutos, revisaron las aplicaciones y navegadores de todos los celulares. Ni en los celulares que estaban en la habitación de audio, ni los que estaban en la habitación de silencio aparecían publicidades de comida para mascota.
Repitieron este ejercicio por tres días y nunca apareció publicidad relacionada a comida de mascotas. Tampoco hubo un cambio en el uso de datos móviles o batería.
¿Qué pasa con el “Hey, Siri” y “Ok, Google”?
Aunque no nos escuchan los celulares, los asistentes de teléfono como Google o Siri, sí pueden usar la información de la que hablas con ellos para enviarte anuncios. No, Google o Siri no te escuchan ni pueden detectar tus conversaciones con amigos, pero funcionan como un buscador cualquiera.
Si los mandas a buscar “¿por qué la tierra es redonda?”. Esa búsqueda se queda en tu historial, explica Norton. Así que la próxima vez que quieras preguntarle algo a Siri, toma en cuenta que es como abrir una pestaña en un buscador que va a recolectar tus datos con propósitos de anuncio.
¿Cómo lee tu mente un celular?
Como te explicamos, todos los días y todo el tiempo con cada clic, con cada ‘me gusta’, con cada follow y “permitir el acceso a…”, le das información a un algoritmo de lo que quieres. Entonces en ese sentido es bastante fácil recomendarte productos.
Pero ¿qué pasa cuando te recomiendan anuncios de un tema que nunca buscaste? Tal vez solo lo mencionaste en voz alta, lo pensaste o a veces ninguna de las dos.
La primera posibilidad, de acuerdo a Tatum Hunter, reportera de tecnología de consumo para el Washington Post, es que esos anuncios siempre estuvieron ahí, pero nunca te diste cuenta hasta que llegaste a necesitar ese producto o servicio de alguna manera.
La segunda posibilidad es que hiciste una búsqueda indirectamente relacionada. Hunter pone de ejemplo que tal vez quieres ir a Disney y de pura curiosa entraste a una página web de vuelos para ver un pasaje a Orlando.
El algoritmo detecta esta búsqueda y te muestra temas de interés relacionados, en este caso, publicidad para los parques de Disney.
La tercera y más inesperada opción la explica el experto en tecnología de privacidad Robert G. Reeve en su Twitter. Resulta que los recolectores de datos no solo te recomiendan anuncios basados en tu perfil, sino que también te muestra anuncios basados en el perfil de las personas que están cerca tuyo porque tienen acceso a tu locación y saben qué lugares frecuentas.
Entonces tal vez son anuncios de cosas que no necesitas, pero que tu familia, tu pareja, o tus compañeros de trabajo sí quieren.
Por ejemplo, Reeve explica que fue a visitar a su mamá y aunque nunca hablaron del tema, cuando Reeve se fue, recibió constantes anuncios sobre la marca de pasta de dientes que usaba su mamá.
Es decir, el algoritmo ya sabía que la mamá de Reeves usaba esa pasta, cuando detectaron que Reeves llegó a la misma locación de su mamá dijeron: “Tal vez a esta persona cercana le pueda interesar esta pasta dental”
Y así es como subconscientemente iniciamos conversaciones de productos o servicios que vimos y que justo, justo, justo nuestra pareja o amigos necesitaban o estaban buscando.
¿Necesitaron escucharnos? No. La información estaba servida.
Incluso si en un almuerzo de familia un tío empieza a hablar de autos, acaban la comida y a ti te salen anuncios de autos en tu Instagram, posiblemente es porque tu tío ya estaba buscando temas relacionados a autos.
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