Cuando piensas en tipos de amigos, seguramente piensas en tu amiga la del buen chisme, el espantaviejas, el que es el alma de la fiesta o la que siempre vuelve con el ex. Todos parecen tan diferentes, pero el tipo de amistad que tienes con cada uno se puede definir en solo tres categorías.
En su obra filosófica, Ética Nicomáquea, Aristóteles —a quien conoces por frases icónicas como: “La verdadera felicidad consiste en hacer el bien” o “El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona”— enseña algunas lecciones sobre la amistad.
En primer lugar tenemos la definición misma de lo que es una amistad. Aristóteles la describe así:
“Para ser amigos [las dos personas] deben sentir buena voluntad el uno por el otro, es decir, desearse el bien y ser conscientes de la buena voluntad del otro”.
En otras palabras, tú debes desearle siempre lo mejor al otro y esa persona debe desearte lo mejor a ti. Tiene que ir de lado y lado, por eso ser un fan o el seguidor de un influencer no es igual a una amistad.
Tampoco se puede definir como amistad a esos “amigos” tóxicos que nunca hacen un esfuerzo por verte o dan lo mínimo cuando tú lo estás dando todo.
La segunda enseñanza se centra en una clasificación de los tipos de amigos y su función en nuestra vida. Estas son:
- Amigos por utilidad
- Amigos por placer
- Amigos virtuosos
Sí, literalmente esos son todos los tipos de amistad que tienes. ¿En qué consiste cada uno? Aquí te explicamos.
Amigos por utilidad
Aquí no se trata tanto de qué personalidad tiene tu amigo o si comparten los mismos hobbies. Este tipo de amistad se basa en qué pueden conseguir el uno del otro. Suena terrible, pero todos tenemos este tipo de amigos.
Por ejemplo, aquí está la secretaria con la que te llevas para que tu pago salga a tiempo o el amigo que tiene carro, con el que conversas para que te lleve a tu casa. Estas amistades no son malas, pero Aristóteles las define como amistades de alto riesgo, ya que si una persona se va o deja de ofrecerte algo para ganar, pueden terminar rápidamente.
Amigos por placer
En esta categoría posiblemente se encuentran la mayoría de tus amigos. Los amigos por placer son los que haces porque comparten una misma actividad o porque buscan un mismo tipo de experiencia.
Aquí encuentras a tus amigos del trabajo, a las chicas que conociste en la clase de baile, tu amigo con el que sales de fiesta o con el grupo con el que escalas cerros los domingos. Todos muy bonitos, pero nunca los invitarías a pasar una tarde en tu casa a conversar de tus problemas.
Las relaciones con estos tipos de amigos también son frágiles ya que cuando cambias de actividad, esa amistad termina. Piensa ¿en verdad me seguiría viendo con Luis de la clase de abdominales si me cambio de gimnasio al otro lado de la ciudad?
Amigos virtuosos
Esta amistad es catalogada como la verdadera amistad. Aristóteles define a estos tipos de amigos como las personas con las que te gusta pasar tiempo por quienes son. No deben trabajar juntos, ni les tiene que gustar la misma serie, son amigos porque te gusta su personalidad y te ayudan a ser mejores personas.
Una amistad de placer o de utilidad puede convertirse en una amistad virtuosa eventualmente, pero requiere mucho tiempo y dedicación. Por eso Aristóteles explica que las amistades virtuosas son muy raras y escasas.
Incluso, viendo todas estas categorías puedes darte cuenta que no tienes amigos virtuosos. Tranquilo, es normal, pero eso no significa que no debas buscar relaciones profundas con otros seres humanos.
¿Cómo hacer amigos verdaderos?
El primer tip viene del mismo Aristóteles. En su obra explica que la amistad, como un músculo, tiene que ser ejercitada. Es decir, para profundizar tus amistades y preservarlas, tienen que hacer cosas juntos.
Sí, sabemos que responder mensajes de Whatsapp es tedioso, pero salir a un café regularmente, enviar memes, salir a otros planes que no sean los comunes, es la única manera de fortalecer esa relación.
Además de esa base, el psiquiatra Amir Levine recomienda estos cinco tips extra para cerrar más intimidad en tus amistades:
- Crea confianza. Es decir, sé una persona en la que se puede contar, que está disponible en los momentos importantes, responde a mensajes, sé consistente con tu personalidad. No seas fría un día y la más cariñosa al otro.
- Pon atención. Eso ayuda a empatizar con las experiencias de los demás.
- Déjate conocer. Para crecer en intimidad debes aprender a ser vulnerable y a compartir quién eres para que otras personas puedan entenderte.
- Pide ayuda. Prueba pidiendo ayuda en cosas pequeñas para saber qué tan confiables son tus amigos y crear experiencias que los hagan más cercanos.
- La conexión no es igual con todas las personas. Para unos amigos, ser cercanos requiere que se vean todas las semanas. Para otros, es importante verse solo de vez en cuando. Cada relación es su propio mundo.
